A la luz del análisis de retos realizado es evidente que la introducción de las TIC es un elemento indispensable para garantizar el éxito. Pero esta propuesta para introducir las nuevas tecnologías tiene que tener en cuenta no sólo el aspecto técnico (que en gran parte está superado y no supone un gran problema), sino también el organizativo y cultural.
A continuación se detallan ambos:
1. Desde el punto de vista técnico: la Justicia en red
Es generalizada la opinión que la justicia del futuro será una justicia basada mayoritariamente en el expediente judicial electrónico o digital, es decir, tenderá a ser una Justicia sin papel (o con cada vez menos papel) y que además deberá ser accesible e interoperable; deberá ser una Justicia en red. Por ello son vitales las siguientes características técnicas:
• Una digitalización de la información disponible, como los registros, para que pueda ser accesible allí donde se necesiten.
• Un expediente judicial digital que aglutine la información judicial para permitir interoperar a través de la red a múltiples actores: ministerio, comunidades autónomas, fiscalía, judicatura, desde cualquier lugar donde se requiera y que permita romper las barreras físicas y fronteras tecnológicas existentes actualmente. Asociado a ello tiene que desarrollarse el uso de la firma electrónica en las comunicaciones y notificaciones.
• Una automatización de la gestión procesal que permita una mayor trazabilidad, gestión y supervisión y que una mayor transparencia de cara a los ciudadanos y todo ello con los mecanismos de seguridad y control necesarios.
• La dotación de mecanismos de integración de sistemas: de manera que los sistemas y aplicaciones diseñadas por el Ministerio de Justicia y las comunidades autónomas con competencias transferidas puedan comunicarse entre sí y sean compatibles.
• El impulso de la videoconferencia en la declaración de los testigos y peritos, así como la grabación de juicios como soporte para agilizar los procesos.
Administración de Justicia con las Administraciones Públicas, abogados y procuradores, notarios y registradores, así como el acceso telemático de los ciudadanos a las sentencias y resoluciones judiciales en la medida en que sean públicas.
En este esquema, la provisión de los servicios en red1 podrá ser llevada a cabo por empresas especializadas que faciliten tanto la operación como el mantenimiento y aseguren la escalabilidad de los sistemas y al mismo tiempo vayan haciendo evolucionar tecnológicamente las soluciones. Se trata de hacer la tecnología «transparente» a las instituciones de manera que sólo perciban su funcionalidad y beneficios, pero que no tengan que gestionar toda su complejidad. Este modelo, sin duda, es el más adecuado para favorecer la pronta adopción de las nuevas tecnologías en el ámbito de justicia y para asegurar su sostenibilidad a lo largo del tiempo.
2. Desde el punto de vista organizativo: el plan estratégico y el espacio tecnológico común
Es necesario consensuar entre todos los agentes jurídicos un plan estratégico de aplicación de las nuevas tecnologías a la Justicia que permita todo tipo de actuaciones coordinadas, pero integradas en un marco rector de las políticas a desarrollar.
Debido a la dispersión de competencias existente en el ámbito de la Justicia y al consiguiente escenario descentralizado en cuanto a la gestión de los planes de modernización, es preciso que desde el punto de vista organizativo se cree un espacio tecnológico común, mediante la fórmula jurídica que se estime más adecuada (consorcio, convenios de colaboración, etc.) de manera que pueda llevarse a cabo dicho plan.
3. Desde el punto de vista cultural: gestión del cambio
Pero la Justicia , en definitiva, es el conjunto de las personas que la hacen posible. Por ello es esencial que esta propuesta estratégica contenga propuestas de cambio cultural, para lo que será necesario elaborar y poner en marcha un plan de gestión del cambio de jueces y magistrados, fiscales, secretarios judiciales, abogados del Estado y personal al servicio de la Administración de Justicia. Dentro de dicho plan se incluirá un apartado especial a la formación en nuevas tecnologías.
Material enviado por Ma. Silvina Racconto
Extraído de Las TIC en la Justicia del Futuro. Editorial Ariel. Colección Fudación Telefónica. VV. AA. Barcelona, 2009
http://www.gobiernodecanarias.org/justicia/documentos/LAS_TIC_EN_LA_JUSTICIA_DEL_FUTURO.pdf
http://www.gobiernodecanarias.org/justicia/documentos/LAS_TIC_EN_LA_JUSTICIA_DEL_FUTURO.pdf
Muy completa la nota, abarca los temas fundamentales para la correcta utilización de las TICs en el ámbito de la justicia, tanto desde el punto de vista técnico, organizativo, como cultural. En nuestro caso me parece que el que mayor trascendencia tiene es el cambio cultural que se requerirá para la puesta en marcha de cualquier acción que incluya las TICs.
ResponderEliminarConcuerdo con Eliana respecto al cambio cultural que manifiesta como así lo expresado en el artículo que publicó respecto a la desparalización cuando manifiesta que EL CAMBIO ES TAREA DE TODOS, y como sabemos sin las personas que trabajamos no existe justicia, entonces para llegar al cambio e impartir un mejor servicio y lograr la desparalización una buena forma es el uso de las TIC que tanta tecnología nos brinda, ayudándonos a salvaguardar las información distintas maneras y realizar nuestro trabajo mucho más rápido. Elina Dueñas.
ResponderEliminar